martes, 31 de marzo de 2020

Actualmente, la inteligencia artificial (IA) es uno de los temas que más invita a la reflexión en el campo de la tecnología y los negocios. Este entusiasmo tiene fundamentos: vivimos en un mundo cada vez más conectado e inteligente. Hoy en día, se puede fabricar un cochecomponer Jazz mediante un algoritmo o conectar su CRM a su bandeja de entrada para dar prioridad a los correos más importantes. La tecnología detrás de todos estos avances está relacionada con la Inteligencia artificial (IA).
En esta publicación le hablaremos sobre:
  • La definición de Inteligencia artificial
  • La historia de la Inteligencia artificial
  • Cómo funciona la IA
  • Una descripción general de las principales técnicas de la IA
  • Ejemplos del uso de la Inteligencia artificial en los negocios

La Inteligencia artificial es el campo científico de la informática que se centra en la creación de programas y mecanismos que pueden mostrar comportamientos considerados inteligentes. En otras palabras, la IA es el concepto según el cual “las máquinas piensan como seres humanos”.
Normalmente, un sistema de IA es capaz de analizar datos en grandes cantidades (big data), identificar patrones y tendencias y, por lo tanto, formular predicciones de forma automática, con rapidez y precisión. Para nosotros, lo importante es que la IA permite que nuestras experiencias cotidianas sean más inteligentes. ¿Cómo? Al integrar análisis predictivos (hablaremos sobre esto más adelante) y otras técnicas de IA en aplicaciones que utilizamos diariamente.
  • Siri funciona como un asistente personal, ya que utiliza procesamiento de lenguaje natural
  • Facebook y Google Fotos sugieren el etiquetado y agrupamiento de fotos con base en el reconocimiento de imagen
  • Amazon ofrece recomendaciones de productos basadas en modelos de canasta de compra
  • Waze brinda información optimizada de tráfico y navegación en tiempo real.
     

La mayoría de nosotros tenemos un concepto de la Inteligencia artificial alimentado por las películas de Hollywood. Exterminadores, robots con crisis existenciales y píldoras rojas y azules. De hecho, la IA ha estado en nuestra imaginación y en nuestros laboratorios desde 1956, cuando un grupo de científicos inició el proyecto de investigación “Inteligencia artificial” en Dartmouth College en los Estados Unidos. El término se acuñó primero ahí y, desde entonces, hemos presenciado una montaña rusa de avances (“¡Vaya! ¿Cómo sabe Amazon que quiero este libro?”), así como frustraciones (“esta traducción es completamente errónea”).  
Al inicio del proyecto, el objetivo era que la inteligencia humana pudiera ser descrita de forma tan precisa que una máquina fuera capaz de simularla. Este concepto también fue conocido como “IA genérica” y fue esta la idea que alimentó la (asombrosa) ficción que nos daría entretenimiento ilimitado.
Sin embargo, la IA derivó en campos específicos. Con el paso del tiempo, la ciencia evolucionó hacia áreas de conocimiento específicas, y fue entonces que la IA comenzó a generar resultados significativos en nuestras vidas. Fue una combinación entre el reconocimiento de imagen, el procesamiento de lenguaje, las redes neuronales y la mecánica automotriz lo que hizo posible un vehículo autónomo. En ocasiones, el mercado se refiere a este tipo de avances como “IA débil”.  
https://youtu.be/E71npAPlnZY